Entender el morir para vivir.

"Si bien el evento físico de la muerte puede acabar con la vida del hombre, la conciencia de la misma puede salvarle"

Jean Paul Sartre



La conciencia de muerte es uno de los principales paradigmas sobre los que discurre la filosofía existencialista, junto con la libertad y la responsabilidad.

La muerte y sus implicaciones en nuestras vidas han sido ampliamente exploradas por los artistas y libre pensadores a lo largo de nuestra historia. La muerte es significada en nuestra cultura (y en otras tantas) como un evento devastador, destructor, que acaba sin miramientos con lo que hemos construido, con lo que somos y con lo que hubiésemos podido llegar a ser. La muerte como olvido, como final.

En medio de esta significación dramática aparecen los existencialistas con la idea de la muerte como proveedora de sentido a la vida del hombre.

 Es Jorge Luis Borges el autor de "Los Inmortales". Describe en este texto la historia de un hombre interesado en encontrar el río cuyas aguas hacen inmortal a aquel que beba de ellas. El personaje principal encuentra un río al pie de una ciudad completamente caótica, sin forma, con escaleras que llegan a la nada, puertas que abren hacia muros, casas derruidas, pasillos de tamaño diminuto, puentes rotos, en fin, nada parece tener sentido en este lugar. La ciudadela se encuentra habitada por hombres descritos como "trogloditas", encorvados, de mirada perdida, cabellos largos enmarañados, sin habilidades de comunicación, viven, transcurren, sin finalidad, sin objetivo, día tras día en ese galimatías de ciudadela.

El protagonista se queda en este lugar, y se confunde con sus habitantes. Acompaña a uno de esos trogloditas durante lo que parecen ser años. Un buen día, mientras observaban el atardecer desde uno de los prados, el personaje principal, siempre al lado de su "acompañante troglodita", en un soliloquio, comenta sobre un personaje de la Ilíada. El troglodita parece despertar momentáneamente de una ensoñación: "la Ilíada, claro, yo la escribí" y vuelve a sumirse en su mundo. Entonces nuestro personaje principal se da cuenta de que ha estado viviendo en la ciudad de los Inmortales, que ha convivido con ellos y más aún, que ha bebido del agua del río de la inmortalidad. Se da cuenta del efecto que la inmortalidad tiene en el hombre, la absoluta carencia de sentido.

El cuento termina cuando todos los habitantes de la ciudad, organizados por el protagonista, la abandonan en busca del río cuyas aguas "curen" la inmortalidad.

Y es a esto a lo que se refiere Jean Paul Sartre: la conciencia de muerte puede salvar al hombre. Saber que tu, si, tu que lees estas líneas te vas a morir, porque sí va a ocurrir, te vas a morir tu y tu familia, y tus hijos, y tus amigos y todos los que conoces, todos moriremos, y si lo tenemos claro, y más allá de eso, sabemos que puede ocurrir hoy, mañana, en cualquier momento, entonces dejaremos de perder el tiempo en esta ilusión de inmortalidad que vivimos diariamente.

En el Journal of Psychology, una revista arbitrada se publicó un artículo en 2007 que describía un estudio hecho en 7 países durante 10 años, encontrando que más del 80% de los pacientes diagnosticados con cáncer terminal se curaron de la neurosis en menos de una semana posterior a recibir el diagnóstico. Esto nos dice que una persona que sabe que solo le quedan meses, no se anda por las ramas y empieza a vivir.

Vivir que no es lo mismo que transcurrir, vivir que no es lo mismo que pasar el tiempo. Vivir que no tiene que ver con ver la televisión, aburrirse, quejarse del jefe, del gobierno y del trabajo. Horas hombre invertidas en sufrir, en perder la ilusión (como los hombres grises de Momo de Michael Ende), en posponer los sueños. No, me refiero al Vivir que tiene que ver con disfrutar, con llorar, con reír, con enojarse, con tener miedo, con vencer el miedo, con equivocarse y volver a intentar. Vivir que es hacer lo que te gusta y buscar replantear tu vida para tener una sensación de satisfacción.

Vivir, así con V mayúscula, esa es la posibilidad que nos da la conciencia de muerte.

Feliz día de muertos.




Aspectos generales para cuidar la autoestima (parte 2 de 3)

Sigamos hablando de autoestima, entendiendo que el objetivo de estos textos es que el lector pueda comprender de la manera más gráfica posible el término y por ende manejarlo adecuadamente en su vida y la de los niños.

Me gusta pensar que todos nacemos con una enorme bóveda bancaria vacía. Es una bóveda de verdad enorme y se encuentra totalmente vacía al momento de nacer. Esta bóveda se llena con afecto, esa es la moneda que opera en este lugar, el afecto. Como en todo banco, nuestra bóveda personal tiene depósitos y retiros. 

Los primeros y principales depositantes son nuestros padres. Ellos aportan la mayor cantidad de capital a nuestras bóvedas. Cada vez que una madre o un padre le dicen a su hijo: te amo, le abonan una enorme cantidad de dinero a la bóveda. Sin embargo, cada vez que un padre de familia descalifica a su hijo, lo abandona, o le queda mal, le hace un retiro normalmente del doble que los depósitos habituales.

Una de las primeras cosas que debemos entender como educadores, es que en la medida de lo posible, nuestra responsabilidad es que los niños vayan a la cama con más capital en sus bóvedas del que tenían al despertar. 

El vacío que experimentamos en la bóveda, así como los retiros de los que somos sujetos, nos generan un estado de ansiedad prácticamente permanente. Es ansiedad existencial. Normalmente la ansiedad es tan aguda que generamos alguna estrategia para su control: compulsiones, adicciones, comportamientos dependientes, compras compulsivas, ingesta descontrolada, críticas, chismes, mentiras, etc. Estas estrategias se dirigen, insisto, al control de la ansiedad que genera el vacío en las bóvedas, mas no (y esto es de importancia capital) a llenar la bóveda de dinero. Estas estrategias defensivas terminan siendo costosas, pues usan dinero del disponible en bóvedas para sostenerse y perpetuarse. 

Analicemos el comportamiento de los elementos que pongo a tu consideración: hay niños que naturalmente producen depósitos en sus bóvedas bancarias. Son agradables, caen bien. Sus familias los hincharon de capital y cuando salen al entorno reciben reconocimiento y aceptación de sus pares, de las autoridades escolares, suelen ser niños sobresalientes, de comportamientos socialmente aceptados y de alto rendimiento en las actividades académicas y deportivas. Estos niños comparten las aulas con otros que tienen muy poco capital para operar, niños golpeados, humillados por sus familias, niños de pocos recursos que caen mal, que reciben agresiones de sus pares, son ignorados por sus maestros y en general tienen más descuentos que depósitos. Están sentados en el aula, la maestra hace una pregunta, el niño con poco capital en la bóveda se sabe la respuesta, pero sabe también que los recursos que tiene le deben rendir para toda la jornada escolar, donde en el recreo le quitarán el lunch, lo acosarán y lo dejarán solo, también le tiene que alcanzar para su hogar, en donde su madre lo va a regañar, le va a dar una comida rápida y lo va a dejar solo para hacer la tarea, sin supervisión y sin compañía, por la noche su padre llegará a casa a pelear con su madre, nadie lo ve, nadie le pregunta qué siente, nadie lo nota. El pequeño con grandes recursos afectivos levanta la mano y genera una respuesta incorrecta, la maestra lo corrige, esto le supone un descuento, pero no importa, tiene millones. El pequeño con pocos recursos se sabía la respuesta correcta pero prefirió no correr riesgos de perder lo poco que tiene y perdió igualmente la posibilidad de tener otro depósito. Ellos dos compiten en en aula y fuera de ella, una competencia que nunca será justa.

Otra de las posibilidades de tener pocos recursos en la bóveda, es gastarlo todo de un tirón en apuestas sin sentido. Si tengo tan poco, ¿qué más da? Ahí va todo mi resto. Entonces las conductas de riesgo se hacen posibles, faltarle al respeto a las autoridades escolares, pelearse con los compañeros, la drogadicción, el alcoholismo, el conducir a altas velocidades, etc. 

Todo buen negocio requiere una inversión. Este es otro elemento que un buen educador debe tomar en cuenta para poder generar una autoestima saludable. Darle todo a los hijos sin que ello se lo ganen o lo merezcan únicamente los hace caprichosos y tiranos, provocando rechazo y posteriores retiros de capital a sus bóvedas, experiencias dolorosas por lo incomprensibles que son. Un padre debe corregir, debe permitir que el hijo se gane las cosas que desea, debe de sentar las bases de la realidad externa para que el niño integre y aprenda a funcionar en el mundo. Estas acciones ocuparán dinero de la bóveda, pero no en forma de retiros, sino de inversiones que generarán mayor capital a futuro. 

¿Cuánto dinero hay en tu bóveda del afecto? ¿Cuánto has ayudado a tu hij@ a llenar su propia bóveda? ¿Cuántas estrategias defensivas usas para controlar la angustia? Estas son preguntas importantes para tener una autoestima saludable.

CIERRE DEL SERVICIO PSICOLÓGICO GRATUITO

Hemos dado por terminadas las sesiones gratuitas de apoyo psicológico para los sentimientos desatados por la experiencia de los sismos del mes de septiembre de 2017.

Queremos agradecer a los terapeutas que nos apoyaron en esta labor y a los  miembros de la comunidad que confiaron en nuestro equipo para tratarse.

Reiteramos nuestro compromiso de apoyo a la comunidad, el Instituto José Lévy siempre ha buscado y seguirá buscando ser una puerta abierta para aquel que la requiera en tiempos de crisis o fuera de ellas.

Antes que ser alumno, ser humano...

ASPECTOS GENERALES PARA CUIDAR LA AUTOESTIMA.(parte 1 de 3)

La autoestima es uno de esos términos que se han popularizado a través del tiempo. Todas las personas hablan de autoestima, incluso llegan a generar conclusiones sobre quien tiene autoestima alta o baja, o de plano, en casos extremos, quien carece de ella por completo.

En mi experiencia, la autoestima es uno de esos conceptos que aunque popular, pocos entienden y por ende, aún menos logran preservar o cultivar.

En ésta oportunidad busquemos definir de la manera más clara posible ese término tan ambiguo y etéreo:

Para encontrar una definición basta consultar la red, sin embargo, estas son definiciones conceptuales que poco aclaran el funcionamiento de ese complejo término. Lo que pretendo aquí es justamente eso, proveer una definición que arroje luz sobre el funcionamiento y las implicaciones de una autoestima saludable, enferma, alta o baja.

Para estos efectos me voy a apoyar en una imagen; imagine el lector, que conduce un automóvil en una autopista. El indicador de la gasolina nos avisa que queda poco combustible en el tanque. Sabemos que cuando la luz del tablero se enciende nos queda gasolina para cinco kilómetros más. Decidimos salir de la autopista para buscar una gasolinera, avanzamos un kilómetro a la salida más cercana con lo que sabemos que contamos con combustible para cuatro kilómetros más. Entonces avanzamos por un camino y topamos con pared. Debemos tomar una decisión, ir a la izquierda o a la derecha. Si decidiésemos ir a la izquierda podríamos andar 4km sin encontrar gasolineras y entonces quedaríamos varados en un lugar desconocido. Si por el contrario viramos a la derecha podríamos andar 2km y si no tenemos éxito entonces regresar, pero solo tendríamos combustible para regresar al punto de inicio. ¿Qué hacer?

La autoestima, en una definición más dinámica y útil, es la cantidad de gasolina que tenemos en nuestro tanque personal lo que equivale al número de posibilidades percibidas para poder enfrentar nuestros retos.

En el ejemplo antes citado cualquier decisión ineficiente implica un alto costo. Por el contrario, si el conductor tuviera el tanque lleno, no importaría perderse un poco por el poblado, las posibilidades para enfrentar el reto son más que suficientes.

En pocas palabras, la autoestima es una percepción personal del nivel de funcionamiento y eficacia frente a nuestras situaciones y retos, por ende, la autoestima es un concepto variable para la misma persona de situación en situación, es decir, si usted se siente muy capaz por ejemplo para su empleo, entonces percibirá una gama de posibilidades suficiente para resolver los retos que su trabajo le implica, por lo tanto su autoestima en este rubro sería alta. Por el contrario, si usted se siente torpe o poco capaz para socializar, entonces percibe pocos recursos internos para conocer gente nueva, las estrategias poco efectivas son puestas en práctica por usted para hablar con alguien y cuando la estrategia falla no existe otra para poder salir avante. En este ejemplo, usted tendría baja autoestima para situaciones sociales, en tanto que tendría alta autoestima para su trabajo.

Cuando la vida nos pone en una situación que dominamos, nuestros sentimientos son de bienestar y seguridad, mismos que desaparecen y son reemplazados por sensaciones de vergüenza e inadecuación cuando estamos inmersos en tareas para las cuales no nos sentimos capaces.

Observar la autoestima desde esta visión nos permite elevarla de manera relativamente sencilla buscando y generando conscientemente nuevas posibilidades para resolver los retos a los que nos vemos enfrentados. Si se siente poco capaz tome una hoja de papel y anote ideas nuevas, pregunte, busque opiniones de aquellos que resuelven mejor, no se quede en el mismo sitio, incapacitado(a), cambie la perspectiva de las cosas abriendo caminos novedosos.


SOMOS CATALIZADORES DE LAS RESPUESTAS UNIVERSALES

Hace algunos años en un poblado de los Estados Unidos se escapó un asesino en serie. Las autoridades responsables avisaron a la población y los previnieron, les aconsejaron cerrar las puertas con llave, asegurar las ventanas, no abandonar los hogares por la noche y no abrir la puerta a desconocidos.

Esa noche caía un aguacero torrencial, una apacible anciana dormía en su mecedora completamente ajena a la situación de angustia que se comenzaba a propagar en el poblado. Cuando despertó de su sueño se encontró con el asesino en serie armado con un garrote, empapado frente a ella.

La anciana, con absoluta serenidad le dijo: -hijo, estás empapado, debes de tener frío, acércate al fuego para que te seques y entres en calor. El asesino, completamente sorprendido, soltó el garrote y se acercó al fuego. Entonces la anciana continuó: - hijo, debes de tener hambre, ¿por qué no vas a la cocina y tomas algo de alimento? El asesino fue a la cocina y comió. Entonces tomó el garrote y salió de la casa de la anciana.

En medio de la tormenta el asesino entró a una casa contigua en donde vivía una familia. Mientras todos gritaban presas del terror el asesino utilizó su garrote en todos ellos.

Recuerda: somos el catalizador de las respuestas universales en nuestras vidas.

Sri Bhagavan

 
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