El Síndrome de María Candelaria

Se dice que la cinematografía de un país es un claro reflejo de su cultura, por eso, por ejemplo, los Estados Unidos de Norteamérica producen tantas películas de bombazos, asesinos en serie, héroes de guerra como Rambo, etc. Tratándose de un país altamente bélico, no sorprende este efecto.

Es notorio que en el periodo de mayor producción cinematográfica de nuestro país se produjeron películas con temas centrales consistentes. Machos, borrachos, pobres, mujeres abnegadas y gente sufriente inundaron las pantallas de México y el mundo en lo que se conoce como la época de oro del cine mexicano. Y es que en nuestra cultura post-conquista el sufrimiento y el dolor no solo se hicieron cotidianos, sino incluso reconocidos socialmente. Las víctimas en México reciben un alto grado de reconocimiento social.

En este tenor, el ejemplo cinematográfico por excelencia es María Candelaria, una película de 1943 escrita y dirigida por Emilio Indio Fernández y protagonizada por Dolores del Río y Pedro Armendáriz.

En María Candelaria se nos planeta la historia de una mujer "buena" hasta la saciedad, que sin importar sus acciones, es castigada socialmente por elementos que escapan a su control.

María Candelaria que es todo nobleza y dulzura vive en Xochimilco de vender flores. Hija de la prostituta del pueblo, goza de la mala percepción de los aldeanos. Su novio, Lorenzo Rafael, que es bueno como el pan, es el único que la protege y acompaña y le propone repetidamente huir del pueblo a lo que María Candelaria responde con negativas pues Xochimilco es su hogar. Una mujer de baja estatura moral, le inventa chismes y conflictos a María Candelaria con la única motivación de hacerla sufrir, y lo logra consistentemente. Un individuo que gozaba de cierto poder en el pueblo y que era de moralidad todavía más reprobable que la antagonista de María Candelaria, busca casarse con María Candelaria y acostumbrado a tener siempre lo que desea, no recibe bien la negativa de la protagonista que está muy enamorada de Lorenzo Rafael. Por ende, enfurecido, encarcela a Lorenzo Rafael injustamente.

María Candelaria, sintiéndose desprotegida, sola y triste acepta la propuesta de un artista plástico para pintarla, durante la sesión, el pintor le solicita a María Candelaria retirarse la ropa con la finalidad de plasmarla desnuda en el lienzo, nuestra querida protagonista se niega rotundamente pues estas acciones van en contra de toda moralidad y huye del estadio del pintor dejando la pintura inconclusa, únicamente con su bello rostro retratado en ella. Entonces la antagonista colabora con el pintor desnudándose para completar la obra. El cuadro terminado, con el rostro de María Candelaria y el cuerpo de la villana es expuesto a algunas personas en el pueblo incendiando los ánimos de la multitud que se lanza encarnecidamente en busca de la pobre inocente para lincharla.

María Candelaria muere apedreada por la multitud iracunda, sin haber cometido crimen alguno. La víctima por excelencia, esta historia nos trata de comunicar la idea de que sin importar lo buenos que seamos, podemos terminar victimizados por un individuo o un grupo,  a total merced de la voluntad de los demás.

Sin embargo, te propongo una lectura distinta de esta historia que por ser más funcional, resulta menos taquillera:

1. María Candelaria pudo irse de Xochimilco y se rehusó.
2. María Candelaria tenía conflicto con la gente del pueblo, más acusado con una mujer y no hizo nada en absoluto para resolverlo.
3. Encarcelaron a su pareja y ella se dedicó únicamente a llorar.
4. La invitaron a ser retratada y no se aseguró de conocer qué se esperaría de ella, simplemente se precipitó a la experiencia sin investigar consecuencias y compromisos.
5. Una vez que estuvo en desacuerdo con el desnudo se fue sin decir nada a nadie.

No existen víctimas, únicamente una serie de decisiones ineficientes. Te invito a revisar tu vida bajo esta mirada. La víctima no puede hacer nada. La persona que se responsabiliza incluso de sus errores abre posibilidades. Tal vez no vi las opciones, pero las tenía y si aprendo, crezco, mejoro y me hago funcional.

No existen Marías Candelarias, ni Pepes El Toro, ni víctimas, únicamente gente responsable que toma decisiones desde su marco referencial, quejándose de lo mal que le va o buscando mejores caminos para su crecimiento y bienestar. Por supuesto que a nadie nos gusta que nos digan que nuestros resultados son nuestra responsabilidad, evidentemente es más cómodo que sea la culpa de terceros. Nos dedicamos entones a culpar a nuestros padres, a nuestros jefes, al sistema, al gobierno cuando la realidad es que solo depende de nosotros hacer las cosas y salir avante.

Víctimas, y gente Responsable, solo hay esas dos posturas. Gente cómoda o industriosa, solo hay esas dos posturas. Gente que logra o gente que se queja, solo hay esas dos posturas.

¿De qué lado de la historia quieres estar?

 
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