Tips de cuarentena... mis hijos están cada vez más rebeldes (parte 2 de 2)

En la publicación anterior hablamos de la importancia de virar las prioridades (al menos veladamente) frente a las necesidades actuales de convivencia sana y pacífica en los hogares.

En esta ocasión hablaremos de como establecer límites eficazmente.

Recordemos que los límites sirven para evitar peleas y fricciones, sin hay muchas peleas y fricciones es síntoma de que nuestros limites no están bien planteados. Los límites eficaces tienen tres características: son anticipados, claros, tienen consecuencias y requieren un alto grado de consistencia.

Anticipación:

Tenemos la idea de que ponemos limites cuando los niños hacen algo y los regañamos. El chico entenderá que eso no se debe de hacer, "soy muy bueno poniendo límites". Permíteme contradecirte. Serás muy bueno peleando pero no poniendo limites. Si tu querubín santo hace algo que no te agrada y lo regañas, eso es una pelea. Ese evento lo guardas en tu memoria y cuando la situación esté tranquila, fuera de la situación de conflicto, entonces llamamos al chico, le recordamos la fricción que tuvimos y le decimos (con calma y serenidad) que eso no estuvo bien y que no queremos que se repita, siendo claros y con consecuencia. Es decir, antes de que se repita pongo el límite no durante la situación de conflicto. Si confundo la pelea con el límite, provoco que los niños reincidan interminablemente porque no tienen claridad ni consecuencias, entiende que mamá y/o papá a veces se enojan por esto y a veces no y eso provoca que traten de salirse con la suya.

Claridad:

Es importante que seamos claros en nuestra petición, evitar consignas como: "quiero que te portes bien", eso es muy vago. Tratemos consignas como: "quiero que pongas la mesa todos los días a las 2pm", "por favor pon tu ropa en su lugar y mantén tu habitación ordenada", estas son consignas claras.  Así evitamos confusiones y malas interpretaciones. Pídele a tu querubín santo que te de acuse de recibo: "¿comprendiste lo que te pedí, lo que espero de ti?, a ver, explícamelo tu a mi". Así no hay lugar a dudas y nos alineamos sobre lo acordado.

Consecuencias:

En estos tiempos las consecuencias habituales pierden efecto. Una consecuencia tiene impacto cuando percibimos un cambio notorio en nuestras expectativas, deseos, necesidades, etc. SI los niños están habituados a tener el Xbox como medio de distracción y un día no lo tienen, hay un efecto. Si les gusta salir a andar en bici y hoy no pueden, hay efecto. Pero el problema es que en estos tiempos los niños han perdido espacios de esparcimiento, actividades divertidas, convivencia, incluso privacidad. Así que consecuencias como: te castigo el Xbox, no tienes iPad, no vas a ver tele, tienen bajo o nulo impacto y por tanto no ayudan a modular la conducta. Hoy en día recomiendo recurrir a tareas pesadas y tediosas para modular la coducta: hoy tu consecuencia es lavar el patio, limpiar el cuarto de los trebejos, lavar trastes toda la semana, etc. Recurrir a estas actividades que no son del gusto general va a ser más eficaz que recurrir a los premios y castigos habituales.

Consistencia:

Los padres de familia deben de ser un evento predecible para los niños. Esto requiere un alto grado de consistencia y respeto a los acuerdos. Ya le dijiste a tu querubín del cielo que si te contesta de manera grosera le toca lavar el coche, pero hoy andas de buenas y llovió así que te conmueves y lo dejas pasar. Entonces tu querubín aprende que no cumples lo que dices y mañana repetirá la conducta indeseada buscando salir impune como fue ayer, pero mañana andas más estresadito por las bajas ventas de tu negocio y tuviste un pleito con tu pareja, entonces hace lo mismo, contesta grosero, y además de una regañada tremenda, lava no solo tu coche sino el de tu pareja y los tres del vecino y le das dos cocos como corolario. Entonces el niño aprende que no eres predecible y que a veces hay respeto a lo acordado, a veces no, a veces es superlativa la respuesta y a veces impeceptible. Estos niños tienden a ser más ansiosos y a jugar a la impunidad. Si respetamos lo que decimos y acordamos, le devolvemos el control a los niños, siempre que responde adecuadamente tiene la misma consecuencia positiva y siempre que responde groseramente tiene que lavar el auto. Así es SIEMPRE, sin importar el clima, mi estado de ánimo o cualquier otra variable, entonces el niño decide que quiere, si lavar el coche o bien pasar una tarde amena. no hay impunidad posible, su angustia baja y eres un tema predecible para el o ella. Lo que modula la conducta no es la gravedad del castigo, sino su aplicación y respeto consistentes.

Recuerda que tu estado de ánimo es el primer elemento que marca la pauta para una adecuada convivencia en tu hogar, date tus gustos, maneja tus emociones, comunica lo que te pasa y lo que requieres. Tu también eres importante, si tu estás bien, tus hijos también lo estarán, sin tu estás mal, tus hijos no tienen oportunidad alguna de bienestar. El trabajo comienza contigo.

En amor, bendiciones.

Tips de cuarentena... mis hijos están cada vez más rebeldes (parte 1 de 2).

Varios padres de familia se me han acercado con esta consigna:

"Mis hijos están cada vez más rebeldes", "He intentado de todo, los castigo, los premio, les pego y no logro que hagan las cosas", "Es un pleito constante que hagan la tarea o que ayuden en casa", "simplemente no le pone atención a la maestra y me la paso peleando con él" y la lista sigue.

¿Te suena conocido?

Esta situación tiene al menos dos vertientes a considerar, la primera es lo que se privilegia al momento, la segunda es la manera de poner los límites, me explico:

Antes de la contingencia que nos tiene a todos encerrados tu hijo(a) salía de la escuela, te veía con gusto y se iban a casa. Si mostraba algún comportamiento que tu juzgabas inadecuado rápidamente lo reprendías, dependiendo del grado de la transgresión y (seamos honestos) de tu estado de ánimo el regaño y/o castigo eran mayores o menores. Y así funcionaban en un delicado equilibrio entre convivencia armónica y límites formativos. Sabía que había que frustrar a tus querubines hasta cierto punto y que pronto ser recuperarían de las consecuencias que se hayan determinado.

¿Pero qué pasa ahora? Los límites no son respetados. El grito no surte efecto. El castigo le vale. Y la familia se encuentra atrapada en una dinámica que cada vez se torna más violenta dado que mamá y papá han tenido que incrementar la intensidad y frecuencia de los regaños, castigos e incluso golpes. Ahora estamos cansados de tener que pelear todos los días varias veces al día. ¿Qué pasa?¿Cómo lo resuelvo?

Tengamos en cuenta algo que no es tan obvio si no lo analizamos con detenimiento. El hecho de que yo busque que mi hijo se comporte adecuadamente, pida las cosas por favor, haga sus deberes de manera adecuada y coopere con las tareas del hogar es un objetivo, en tanto que la armonía familiar es una variable separada y no siempre son compatibles entre sí. Educamos a los niños para en un futuro tener una armonía familiar y una estabilidad emocional, pero el día a día eso no pasa siempre. Muchas veces, y yo me atrevería a decir: casi diario, somos capaces de sacrificar la armonía familiar por corregir, limitar, en suma, educar a los niños. Son momentos duros, incómodos, de tensión y fricción pero eran pasajeros porque podíamos salir a trabajar, los niños se iban a la escuela, en ese transcurso mientras estoy en el súper, platicando con mis amigas o en junta en la oficina yo puedo elaborar los hechos de ayer por la tarde y mi hijo(a) lo hace a su vez jugando con sus compañeros, platicando con sus maestros. Las actividades en separado nos ayudan a elaborar los conflictos diarios, nos vemos con gusto después de una separación de algunas horas y podemos hablar con calma de lo ocurrido ayer o simplemente continuar como si nada hubiera ocurrido.

Sin embargo, hoy estamos encerrados con la fuente del conflicto 24/7, no tenemos espacios de elaboración y el cansancio de que mamá y papá estén encima mío mientras tomo clase, mientras hago la tarea, mientras veo tv, mientras como, mientras hago del baño, mientras duermo, se transforma en hartazgo. Los niños se quedan sin margen de negociación y gestión de sus emociones y deseos, todo el tiempo están contigo recibiendo indicaciones y cuando un niño se ve sin alternativas toma la única opción a su alcance: manda todo y a todos al cuerno. Piénsalo bien, no tiene como ganar una sola, no tiene como salirse con la suya una sola vez, no tiene margen de acción, se harta y por rendición te reta.

Toma en cuenta que entonces hay dos objetivos aquí metidos, uno es que el niño haga las cosas adecuadamente, otro es la convivencia familiar. Y en el pasado, pudiste fácilmente sacrificar algunos momentos de convivencia armónica privilegiando el primer objetivo. Hoy encerrados entre cuatro paredes todos los días, todo el día, este modelo puede llegar a ser altamente costoso. Hoy toca privilegiar la convivencia familiar y sacrificar el que se hagan las tareas o se coopere con la casa cabalmente, está bien que insistas en que se hagan las cosas pero en el fondo sabes que debes de ser más tolerante y hacerte de la vista gorda si quieres tener una tarde de paz y armonía. Invierte tu ecuación algunas veces cuando sientas que la situación está demasiado tensa y lo que estás haciendo ya no funciona.

Si logras acomodar que los niños no siempre pongan atención o dejen de hacer una que otra tarea vas a reducir un alto monto de presión en el vínculo, se reducirán las peleas y por supuesto mejorará la convivencia. Después, con tiempo y calma podemos hablar de las cosas que no nos van gustando y hacer acuerdos para mejorarlas, pero por ahora el primer punto es reducir la tensión en búsqueda de una convivencia familiar más armónica.

Continuará...

Reflexiones de cuarentena... requerimos esta crisis.

Mi opinión sobre esta crisis (igual a la que he sostenido durante otras) no es muy taquillera porque no se basa en el miedo ni a la muerte, ni al dolor, ni a la pérdida. Al final siempre hemos muerto. A la naturaleza, al universo no le importa tu vida, no es personal. El que lo hace personal eres tu, esta vida a ti te produce apego, a ti te produce miedo, a ti te produce alegría, tu eres el que le da el significado, para el universo tu vida no tiene sentido alguno. No tiene por que conservarla.

Yo creo que la enfermedad no entra en un ser humano balanceado. Entra en un ser humano que requiere aprender algo. Y siempre que lo digo alguien se enoja, y me dicen que es porque yo no he vivido el dolor de la enfermedad, la muerte y la pérdida. Qué fácil es enjuiciar. Hablar sin conocer. Lo digo porque lo he vivido.

La libertad para los millenials, para la generación Z ya no es exclusividad, ya no se trata de estatus, ni del poder hacer lo que me da la gana. Se trata de comunidad, se trata de inclusión, el poder para ellos no es algo de jerarquías, es más bien una red. Ya no se trata de la posesión sino de la función, por ejemplo, no quiero tener un coche, quiero lo que el coche hace. Estamos pasando de la idea de consumo masivo y obsolencia programada a un mundo sustentable, en donde lo que requerimos lo usamos y cuidamos el entorno para la siguiente generación. ¿Para qué quiero  guardar cosas que muchos pueden usar?, mejor las pido el tiempo que las requiero y las devuelvo para que otros las usen también.

Ya no queremos poseer, buscamos el acceso, ya no son tiempos del capitalismo rapaz, ahora son tiempos de redes de apoyo, no más consumo desmedido, sino sustentabilidad.

Siempre he creído en algo que yo llamo "autogestión de la tierra",  lo creo y lo respeto. Cuando la tierra necesita algo, hace un ajuste. Para nosotros es drástico porque somos nada en comparación con la madre tierra, pero ella se sabe gestionar. Si hay muchos árboles o sobre población, hay un incendio, si hay demasiado calor, hay un huracán, si se concentra demasiada energía, hay un terremoto. Así se gestiona la tierra y el día que de verdad le estorbemos, ese día nos va a borrar de un plumazo y sin contemplaciones. No nos necesita, nosotros somos los que la necesitamos. Me parecen tan vanidosas las conversaciones sobre "salvar el planeta porque lo podemos matar", no, ella se va a deshacer de nosotros que somos el virus, si es que lo requiere.

Hay que actuar, hay que cuidarnos, pero no te paralices. "Es que la gente se está muriendo", eso pasa y va pasar, siempre. La inseguridad, los accidentes, las caídas en el baño matan y no por eso dejas de salir, de manejar o de bañarte. No te paralices, actúa, cuídate y actúa. Por ejemplo, revisa tus hábitos de consumo. ¿Cuánta ropa tienes?, ¿cuántas cosas posees?¿cuántas veces compras cosas solo por estatus o show off?, ¿cuántas veces has adquirido algo que ya ni usas?

El consumo está cambiando. ¿Qué estás produciendo? ¿Estás dando lo mejor de ti? El planeta te está esperando. Ya no queremos exclusividad, no sirve para nada vivir en la casa cerrada y sola en la zona exclusiva. Lo que buscamos es una red, inclusión, acceso, es pertenecer a un grupo de gente similar, que entre todos generan sustentabilidad y tienen una mejor calidad de vida. Hoy los jóvenes ya no quieren poseer, esta crisis lo dejó más que claro. Y con este cambio muchos perderán sus empleos y sus empresas quebrarán. Es momento de pensar en como mejorar al sistema social. Si no lo haces vas a sufrir consecuencias importantes, desafortunadas. Usar tus talentos para mejorar al mundo es uno de los aprendizajes que nos deja esta crisis.

Hay mucha gente encerrada en la casa que eligieron, con las parejas que eligieron, con los hijos que eligieron, y les molesta. Se sienten encerrados, enojados, frustrados. Pues qué dura la vida que eligieron, porque ellos la construyeron, no ocurrió sola.

Sal de la víctima, construye, haz comunidad. Todos estamos juntos en este planeta y vivimos juntos las consecuencias. La libertad no es poder salir al cine o a tomar un café, la verdadera libertad es decidir quien eres. Y si te dedicas a decidir quien eres no vas a tener tiempo para ver y criticar a los demás. Esta crisis es para que te observes no para que sigas escuchando las noticias con la cantidad de muertos. Te lo recuerdo: te vas a morir, todos nos vamos a morir pero en lo que eso pasa, construye. Revisa tus creencias, si te ayudan a construir una vida mejor consérvalas si no, lava tu cerebro y deshazte de ellas.

La libertad no se salir a la calle, esta cuarentena no es un castigo, hay que movernos y pronto porque viene una crisis fuerte a nivel capitalismo.

Esta cuarentena es en realidad un regalo que nos ayuda a revisarnos. Nos pone en contacto con nuestra finitud, con nuestra muerte. Revisa tu muerte, vela, vívela, ¿qué te dice? No la niegues. Ojalá y te llegue más caos del que puedas aguantar, te lo digo con amor. porque si te llega el caos que puedes aguantar te quedas en el mismo lugar siendo la misma persona. En cambio con las sacudidas fuertes te mueves, cambias, puedes encontrar tu mejor versión... o morir y eso, justo eso es lo que requerimos.

Bendiciones.

 
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