ASPECTOS GENERALES PARA CUIDAR LA AUTOESTIMA.(parte 1 de 3)

La autoestima es uno de esos términos que se han popularizado a través del tiempo. Todas las personas hablan de autoestima, incluso llegan a generar conclusiones sobre quien tiene autoestima alta o baja, o de plano, en casos extremos, quien carece de ella por completo.

En mi experiencia, la autoestima es uno de esos conceptos que aunque popular, pocos entienden y por ende, aún menos logran preservar o cultivar.

En ésta oportunidad busquemos definir de la manera más clara posible ese término tan ambiguo y etéreo:

Para encontrar una definición basta consultar la red, sin embargo, estas son definiciones conceptuales que poco aclaran el funcionamiento de ese complejo término. Lo que pretendo aquí es justamente eso, proveer una definición que arroje luz sobre el funcionamiento y las implicaciones de una autoestima saludable, enferma, alta o baja.

Para estos efectos me voy a apoyar en una imagen; imagine el lector, que conduce un automóvil en una autopista. El indicador de la gasolina nos avisa que queda poco combustible en el tanque. Sabemos que cuando la luz del tablero se enciende nos queda gasolina para cinco kilómetros más. Decidimos salir de la autopista para buscar una gasolinera, avanzamos un kilómetro a la salida más cercana con lo que sabemos que contamos con combustible para cuatro kilómetros más. Entonces avanzamos por un camino y topamos con pared. Debemos tomar una decisión, ir a la izquierda o a la derecha. Si decidiésemos ir a la izquierda podríamos andar 4km sin encontrar gasolineras y entonces quedaríamos varados en un lugar desconocido. Si por el contrario viramos a la derecha podríamos andar 2km y si no tenemos éxito entonces regresar, pero solo tendríamos combustible para regresar al punto de inicio. ¿Qué hacer?

La autoestima, en una definición más dinámica y útil, es la cantidad de gasolina que tenemos en nuestro tanque personal lo que equivale al número de posibilidades percibidas para poder enfrentar nuestros retos.

En el ejemplo antes citado cualquier decisión ineficiente implica un alto costo. Por el contrario, si el conductor tuviera el tanque lleno, no importaría perderse un poco por el poblado, las posibilidades para enfrentar el reto son más que suficientes.

En pocas palabras, la autoestima es una percepción personal del nivel de funcionamiento y eficacia frente a nuestras situaciones y retos, por ende, la autoestima es un concepto variable para la misma persona de situación en situación, es decir, si usted se siente muy capaz por ejemplo para su empleo, entonces percibirá una gama de posibilidades suficiente para resolver los retos que su trabajo le implica, por lo tanto su autoestima en este rubro sería alta. Por el contrario, si usted se siente torpe o poco capaz para socializar, entonces percibe pocos recursos internos para conocer gente nueva, las estrategias poco efectivas son puestas en práctica por usted para hablar con alguien y cuando la estrategia falla no existe otra para poder salir avante. En este ejemplo, usted tendría baja autoestima para situaciones sociales, en tanto que tendría alta autoestima para su trabajo.

Cuando la vida nos pone en una situación que dominamos, nuestros sentimientos son de bienestar y seguridad, mismos que desaparecen y son reemplazados por sensaciones de vergüenza e inadecuación cuando estamos inmersos en tareas para las cuales no nos sentimos capaces.

Observar la autoestima desde esta visión nos permite elevarla de manera relativamente sencilla buscando y generando conscientemente nuevas posibilidades para resolver los retos a los que nos vemos enfrentados. Si se siente poco capaz tome una hoja de papel y anote ideas nuevas, pregunte, busque opiniones de aquellos que resuelven mejor, no se quede en el mismo sitio, incapacitado(a), cambie la perspectiva de las cosas abriendo caminos novedosos.


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