La flexibilidad es salud

A lo largo de la historia de la psicología ha habido una amplia discusión alrededor de los conceptos de salud y enfermedad. Definirlos implica tomar diversos factores en consideración, entre los cuales se encuentran los cambios sociales, los avances tecnológicos y las tendencias mundiales en cuanto a educación, aprendizaje e incluso moda.

La visión gestátlica nos ofrece una oportunidad actualizada de comprender estos términos de manera sencilla y práctica:

Entendamos que la vida está hecha de retos. Cuando la vida nos arroja alguno nosotros utilizamos nuestros recursos internos para salir avante. A este ejercicio de adaptación se le conoce como ajuste creativo. Cabe aclarar que el ajuste es novedoso, como su nombre lo indica, no necesariamente funcional, por ende, hay ajustes más adaptativos que otros. 

Cuando un ajuste creativo nos parece de ayuda, tendemos a repetirlo. La repetición exhaustiva de un ajuste creativo lo convierte en una
 pauta de comportamiento y a su vez, la repetición exhaustiva de una pauta la convierte en un patrón. 

Los patrones son respuestas rígidas de comportamiento, que se convierten en reacciones automáticas frente a los estímulos del medio. Al ser entonces patrones rígidos y automáticos, nos privan de conciencia. Por muy funcional que haya resultado un ajuste creativo, cuando se convierte en patrón, obnubila la conciencia del individuo y por tanto resta participación alerta, capacidad de disfrute y de adaptación verdadera. 

Tomemos por ejemplo el hábito de la puntualidad. La mayoría de las personas opinarían que es un hábito saludable y constructivo. En algunos países diferentes del nuestro, la puntualidad es un valor que rige a la sociedad de manera importante. Supongamos que un ciudadano suizo o inglés viene a vivir a la Ciudad de México, y pronto se topa con que aquí las clases comienzan unos minutos después de la hora, la gente llega a sus citas 15 minutos tarde (fashionably late) y que cuando alguien se retrasa culpa al tráfico o a la longitud del trayecto en lugar de disculparse. Dependiendo del grado de rigidez en su puntualidad, esta persona puede comenzar a intolerarse con sus amigos y compañeros de trabajo, lo cual convierte al sujeto extranjero de nuestro ejemplo en la parte desadaptada de esta situación. Observemos que en la Ciudad de México dada su dimensión, cantidad de tráfico y falta de civismo, llegar siempre puntuales es un ejercicio que se antoja difícil. Amén de que los mexicanos no le damos importancia capital al tiempo. Muy aferrado en tener la razón, el extranjero atentará contra su bienestar si no está dispuesto a responder de manera flexible a la impuntualidad característica del mexicano. 

Lo que te quiero decir con este ejemplo es que la rigidez en cualquiera de sus formas, se convierte rápidamente en una fuente de malestar y por ende, en grados extremos, en patológica. Debe de existir una flexibilidad suficiente que nos permita adaptarnos a la novedad constante para que hablemos de salud mental. Cuando nos mantenemos flexibles, podemos asimilar lo novedoso de manera funcional.

Cierto grado de estructura es necesaria para que funcione la vida, pero la rigidez nunca será la solución. ¿Cómo encontrar la medida perfecta, entonces?

Hagamos caso de una frase que encontré hace unos años y que vive colgada de una pared en mi hogar y que entiendo es un perfecto resumen para lo que expongo en este texto:

"This home is clean enough to be healthy, and dirty enough to be happy".
 ("Este hogar es lo suficientemente limpio como para ser saludable y lo suficientemente sucio como para ser feliz"). 


 
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