Comunicación y Apoyo

Me comparten la siguiente situación en terapia:

Es domingo al medio día, el marido está en pijama completamente dispuesto a pasar una tarde frente al televisor viendo el futbol. La esposa está activa desde temprano haciendo algunas cosas de su trabajo y otras de su oficina. El tiempo pasa y ella cada vez hace más ruido mientras al marido le cuesta más trabajo obviar que la mujer se encuentra en actividad.

Ella ya está claramente molesta, haciendo sus labores con un elemento de violencia. El está claramente molesto y permanece emberrinchado frente al televisor, esperando algún tipo de comunicación expresa. Pero ambos permanecen en un tenso silencio, defendiendo su postura empecinados en esperar que el otro tome la delantera.

El resto del domingo transcurre en tensión y enojo, pero en absoluto silencio.

La situación se adereza con los pensamientos de cada uno: él se queda rumiando "siempre es lo mismo, ésta mujer está loca, me echa a perder mis domingos", ella reniega para sus adentros: "siempre me deja sola con todo, nunca me ayuda, siempre es lo mismo". Por supuesto que son exageraciones, ni siempre, ni nunca, ni estos pensamientos describen las dinámicas habituales de esta dupla.

Lo que en realidad pasa es que cada uno se centra en un único objetivo, tener la razón y que el otro admita su falta. Sin embargo, el verdadero efecto encontrado es una completa separación de la pareja, donde cada uno de los integrantes se queda sumergido en sí mismo, ajeno al otro, preguntándose, contestándose y retroalimentando con sus propios pensamientos una emoción que no tiene una verdadera justificación.

Podemos esperar, a costa de una enorme frustración, que nuestros coetáneos adivinen lo que requerimos y actúen en consecuencia. Lo más saludable y funcional es ir a la relación, plantear nuestras necesidades, hacer acuerdos, comunicarnos. Incluso si lo que hay que comunicar es enojo, es mejor hablarlo y atenderlo a estarlo alimentando en silencio generando una enorme bola de nieve que inevitablemente se volverá inmanejable. 

La situación antes planteada hubiera tenido probablemente una solución más simple y rápida si se hubieran comunicado: - Oye, ¿qué plan tienes para hoy?, yo requiero que me apoyes haciendo algunas tareas. . Nada. Tengo planeado ver el futbol. .- ¿Te parece si antes o después de tu partido cooperas con...? 

Este modelo es más funcional y conllevaría a una prevenición/solución del conflicto más allá de una guerra de poderes donde ambas partes salen perdiendo. 

Te pido lo tomes en cuenta, cuando hablamos de lo que nos pasa, de lo que esperamos, tendemos un puente de apoyo entre nosotros y el entorno, nos sentimos más acompañados, contenidos y operando en equipo. 

  

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