Reflexiones de la vida cotidiana...



Imagina:

Imagina que vas caminando por un bosque y ves a un perro sentado junto a un árbol. Conforme te aproximas, de repente te comienza a gruñir, te muestra sus dientes con fiereza. En ese momento te sientes enojado y con miedo. Pero entonces te das cuenta den que una de sus patas está atrapada en una trampa. Inmediatamente tu ánimo cambia del enojo a la preocupación. Puedes ver que la agresión del perro viene de la vulnerabilidad y el dolor. 

Esto aplica a todos nosotros. Cuando nos comportamos de maneras dolorosas, es porque estamos atrapados de alguna manera en una trampa dolorosa. Entre más vemos a través de los ojos de la sabiduría tanto a nosotros mismos como a los demás, más podremos cultivar un corazón compasivo. 

Tara Brach


Del amor de los padres:

Cuando un pequeño no ama a su padre, y demuestra que éste le es indiferente, no es por culpa suya sino del adulto... El niño, con sus padres, es como un espejo. Si una madre mira siempre a su bebé con rostro inexpresivo, éste crecerá con profundos problemas mentales. Cuando una mujer sostiene a su hijo en brazos y sonríe, promueve que éste por instinto la imite y sonría. Asimismo, cuando ella muestra un rostro amoroso, él también expresa ese  mismo sentimiento. Es un intercambio... Si un padre ausente, o ensimismado, trata con indiferencia a su hijo, no juega con él, no ríe, no ensalza sus valores so no lo acaricia, éste acabará respondiendo con igual indiferencia. Los adultos que asisten al sepelio de sus padreasen derramar una sola lágrima y sin sentir nada, son productos de tal situación: como no fueron amados, son incapaces de sentir amor. Tienen el corazón blindado. Sin embargo, no podemos decir que su corazón esté vacío. En la naturaleza de los mamíferos se da este tipo de amor. Probablemente por ser de sangre caliente, en los períodos de intenso frío las parejas y sus crías necesitaron protegerse juntando sus cuerpos para obtener y mantener algo de calor. Si no se juntaban, sentían peligro de muerte. Quizás por eso al amor se relacione con el calor y a la indiferencia con el frío. Aunque podría ser también que el amor viniese determinado ya en los genes.

No es que los padres y los hijos no se amen, tan sólo sucede que que no saben expresar y vivir correctamente ese amor. Debido a problemas inherentes al árbol genealógico, por ejemplo haber sufrido abandono o no o haber recibido el cariño necesario, algunas personas temen amar, y creyendo no merecer lo que ansían, entonces se enquistado o huyen o se camuflan o atacan. Y esta relación dolorosa se va repitiendo de generación en generación. El hombre que no ha recibido amor paterno no sabe ser padre, así com la mejor rechazada por su madre, no sabe ser madre. Afortunadamente todo lo podemos aprender. 

Alejandro Jodorowsky

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